El análisis de la dinámica reciente del mercado inmobiliario ofrece patrones clave para este sector estratégico en la provincia de Málaga. Para empezar, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el volumen de transacciones inmobiliarias registradas en mayo de 2024 ascendió a 2.584 operaciones, lo que se traduce en un descenso interanual del -27,9% en comparación con el mismo mes del año anterior. Este descenso en las ventas totales de viviendas se ha dado incluso en el segmento de viviendas nuevas, experimentando el primer dato de evolución negativo del año con una bajada del -2,8% interanual. En términos absolutos se contabilizaron 763 operaciones que representaron el 29,5% del total de transacciones inmobiliarias de ese mes.
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El mercado de viviendas usadas también mostró un comportamiento negativo, con 1.821 unidades vendidas en el mismo mes, lo que representa un descenso del -35% en comparación con mayo de 2023.
Analizando los datos acumulados durante los cinco primeros meses del año 2024, en este periodo se han registrado 13.940 compraventas de viviendas en la provincia, lo que marca un descenso del -9,2% respecto al mismo periodo del año pasado. Este resultado se desglosa en un incremento del 26% en el segmento de viviendas nuevas, con 3.950 unidades vendidas, y una disminución del -18,2% en el segmento de viviendas usadas, con 9.990 compraventas.
Enmarcando estos datos con el panorama nacional, Málaga ocupa en mayo el tercer lugar en el ranking de ventas de vivienda nueva en España, precedida únicamente por Madrid y Barcelona. En términos de ventas totales, la provincia se sitúa en quinta posición, superada por las mencionadas ciudades más Alicante y Valencia.
La evolución reciente del mercado inmobiliario en la provincia de Málaga revela tendencias que requieren un análisis detallado y una monitorización constante. El significativo descenso interanual registrado en mayo de 2024 es un indicador preocupante de una posible desaceleración en el sector. Esta contracción es especialmente pronunciada en el segmento de viviendas usadas, mientras que las viviendas nuevas todavía reflejan una demanda más resiliente. Este contexto plantea desafíos dado que el mercado inmobiliario es un componente clave de la economía malagueña.